Telarañas




Que yo tengo un blog, joder...

Que tenía mis lectores, mis leídos, mis amigos y conocidos y esta puta vorágine me come la vida, coño.

Que desde que me mudé me agarré a la vida de cada día, a la prosa, al asfalto y a la histeria de Madrid y esto se quedó olvidado y lleno de telarañas, cagontó...

¿Dónde estamos? ¿Qué hacemos? 

[...]


No sé si no estaré sublimando... Sólo me siento bien cuando me siento profundamente sola.
Vamos a ir pensando en un bonito convento de clausura.