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Es bastante probable que durante el tiempo que duran las vacaciones escolares este lugar quede abandonadito.
Quizá le llegue algo de frío y bastante de soledad.
Será una soledad más evidente pero menos consolidada que la que sufre el personaje que aquí se muestra casi a diario. Una soledad pasajera que no me preocupa mucho.

Aquí se van a quedar ratos muertos, fantasmas, personajes en construcción y breves intercambios de palabras siempre amables, siempre cálidas.
No quiero escribir estos días. Quiero dedicarme a no hacer nada, a disfrutar de mi media docena de sobrinos y a descansar.
Sufro desde hace algunas semanas un cansancio muy hondo, en lo físico mucho y en lo emocional más aún.
Estoy agotada de bregar con las princesas, estoy agotada de tirar de este carro que no se mueve ni a tiros, estoy agotada de sostener sobre mis hombros el peso de una vida que se da de bruces contra todo sin remedio. Harta de no tener tiempo ni para darme pena a mí misma, ni para un par de lagrimillas de vez en cuando. Harta de comprobar con dolor que es cierto. Que estoy completamente sola (y fané, y descangallá, como en el tango) en esto y que así va a ser siempre. Que todo lo que consiga hacer en esta puta vida va a ser a golpe de no dormir, de no salir, de no poder perder el control ni un instante.

Necesito un tiempo de recomponerme, de coger aire, de leer tranquilamente, durante horas, de dejarme cuidar (sigo sin saber muy bien en qué consiste) de abrir las puertas en algún momento y dejar salir en confesión un torrente desbordado de frustraciones, decepciones, sueños rotos, impotencia y una mala suerte endémica que hace que, despaciosa y calladamente, se me quiebren la voluntad y los riñones.

Debería poner un gracioso Christmas navideño.
Mis lectores más antiguos saben bien que la Navidad y yo no hacemos buenas migas.
Las ausencias se me apoderan y me acongojan.
DEDITOS, dile a Pau que ese gilipollas de Mauricín, su familia de postín y yo misma mejorada volveremos. Dale mi palabra de honor.

Es sólo un momento...
Feliz Navidad.
Feliz Año Nuevo.
Y todo eso.




Me dicen que nuestras vidas no valen gran cosa,
pasan en un instante como se secan las rosas,
me dicen que el tiempo que transcurre es un cabrón,
que de nuestras tristezas se hace abrigos.
Sin embargo alguien me dijo que...

5 comentarios:

Luna dijo...

...hay que bailar la vida.

¿Qué es la vida si no la sabemos bailar?

Besos

Aprendiza de risas dijo...

No sé qué decirte pero sí, voy a intentarlo.

En momentos me he sentido como tú, Tormento, sola, solísima, una en el mundo aún rodeada de multitud. Muchedumbre alrededor y SOLA.

Sin embargo, son etapas, mi niña. De todo se sale menos de una sola cosa que no quiero ni nombrar.

Haces bien dándote este tiempo de tocateloscojones, de aburrirte del aburrimiento, de poder tener tiempo hasta de llorar, porque sí, porque te pasa por los ovarios. Pero ten presente, que solo en un tiempo, que luego llegarán otros mejores y tan solo deseándolo y cvreyéndo firmemente en ello, ocurrirá.

Sé positiva mi amor, confía en que tú mereces la suerte de ser mucho más feliz, confía en que la vida se tiene que envokver de papel de regalo y sucederá. ¡¡¡Y tanto que sucederá!!!

Ya lo verás, Tormento, todo pasará. Y a esos burgueses, que les den.

Miles de besos y FELIZ NAVIDAD (aunque no te guste). Muá,

EL INSTIGADOR dijo...

Empezamos a vivir con los bolsillos llenos. Cuando corremos perdemos cosas que nos quitan peso y por eso coremos más, hasta que nos damos cuenta de valen su peso en oro. A veces no hay más cojones que dar la vuelta y recuperarlas poco a poco.

Besos y felicidad.

beainver dijo...

Un gran beso, Ana. Hace que no te leía y siento verte mohína... A ver si te veo algún día que estés por Madrid... JJ

Miss.Burton dijo...

Felices fiestas, guapa, a mi tampoco es que me alucinen, me suelen traer recuerdos de otras mas felices, y además en mi casa no es que seamos la puta familia de la casa de la pradera, con lo cual las cenas suelen tener cierta tensión... así que qué te voy a contar... que no sepas...
Este año quería ir a cenar en nochevieja con mi chico, y me lo han vetado. Dicen que no es de la familia.. y bueno, es el único uqe me cuida, y yo a eso le llamo familia.. así que me joderé, la puta nochevieja, y la pasaré en mi pisito, que tb será la hostia, con la persona que quiero, y las campanadas de fondo. Y, sí, los echaré de menos, pero estoy segura de que ellos mas a mi, que me llaman el cascabel de las cenas... pues eso, que a ver si acaban las fiestas...
bssssssssssssssssssss