Angelitos


No sé qué es lo que he hecho mal.
Mi mini-princesa (la Vane) pide autorización para llamar a su superamiga nicontigonisintí HIJADEPUTAVETEALAMIERDA. Así, sin respiro ni nada, se llaman cuando se enfadan. Ocho años.
La conversación se inicia en el salón y pide la sujeta en cuestión que la deje ir a su cuarto a hablar, pero le hago entender que se pierde la señal y no podrá.

Por lo tanto, se sienta como un indio encima de la mesa y el primer asalto consta, entre otras cuestiones de vital importancia para la humanidad, de la advertencia de que como no le devuelva los juegos de la Nintendo, mañana se chiva de no sé qué...
Pierdo el hilo de la conversación hablando con maxi-princesa tengunpavoquenopuedo (inter nos, La Yeni) sobre la subnormalidad in crescendo de no sé que niño de su clase...

La siguiente frase que oigo de la voz arcangélica de mini-princesa Vane es:
- YO TAMBIÉN SOY DE RAJOY.

La Yeni y yo nos miramos con la mandíbula colgante y las bolillas de los ojos fuera de las órbitas. Ni media palabra hemos articulado. Un susto que pa qué.

Se me ha cortado bastante la respiración. Se me ha cortado del todo, la verdad.
He esperado pacientemente (pero con taquicardia) a que la criatura terminara el sesudo análisis político con su amiga nicontigonisintí.

-Oye, Vane, qué es eso de que tú también eres de Rajoy?
- Pues que me parece que tiene más cara de presidente que Zetapé
- Y tú crees que es cuestión de caras?
- Güeno... y por otra cosa que dijo un día en la tele...
- Qué cosa dijo?
- Pues que iba a prohibir el catalán. Que a ver, mamá, a ver por qué los niños de aquí tenemos que estar más rato en el cole... los primos en Madrid no estudian catalán, y luego cuando vamos a verlos no me entienden, y la bisa (léase la bisabuela) me regaña (la niña tiene razón, los primos la miran con cara de paisaje y la bisabuela la regaña)
- Qué cenamos, chicas?
- Mamá... esto es hablar de política?

A este paso, Mauricín se me amojama.

Duchas, impermeables, reúma.


A veces me gustaría tener una varita mágica y cuatro abracadabras trufados de juramentos y adjetivos quijotescos.

Y desaparecerte de la memoria, de los labios y de las tripas a base de conjuros y maldiciones gitanas de esas que se dicen con sentimiento, rabia e impotencia visceral, que se agolpan en la boca y te traban el habla al salir en torrentera.

Hoy, sin ir más lejos, lo haría y tiraría la varita a la alcantarilla para no encontrarla, sin un ápice de remordimiento.


MORALEJA: aunque las comparaciones son odiosas, puesta a elegir prefiero mil veces dormir con Roger Rabbit que con Homer Simpson.
Dormir sola se confirma como opción óptima. De hecho, MOLA.


Leamos


He leído estos escalofriantes días navideños un libro de Almudena Grandes (que a veces me apasiona y otras me deja más fría que un témpano, y creo que depende más de mi estado de enajenación que de ella misma). Se llama "Estaciones de paso" y me juego el meñique de la izquierda que lo han leído unas cuantas tías y cero tíos. No es un reproche. Al parecer, Almu es escritora de mujeres... soberbia soplapollez, pero oye....
Grandes escribe muy bien, aunque tiene un fallo que compartimos: puestas a meter adjetivos somos capaces de enumeraciones tediosas.
Uno de los relatos de ese libro me contiene entera.
Otro de los relatos contiene una historia que siempre quise contar.
Bien... en el Oeste ya hubiera muerto.

Terminado el libro de marras me llama a gritos desde su expositor el último de Ray Loriga, del que (confieso sin atisbo de vergüenza) no había leído nada.
Me gusta. Me gusta la capacidad acojonante de escribir cien páginas y aún no haber dicho absolutamente nada. Lo mejor de todo es que el libro tiene ciento setenta y séis páginas, así que ya puede correr y mover alguna pieza, o lo catalogaré, como catalogué "La Inmortalidad" de Kundera como TREMENDA CASTAÑA PILONGA que sólo se salva por la hermosura de la prosa, un librito de aquellos de... "pché... ta bien..." Un triste en continua contemplación de la miseria que es la vida... el caso es que lo cuenta tan bien... se le ve tan aséptico que hay que pensar que es el protagonista de su propia novela...
Ray Loriga, al parecer, es la estrella del rock de las letras europeas, según The New York Times. Lo dice la faja roja que acompaña "la obra".
Joder... a mí se me parece más bien a los Europe, aquella mezcla de Los Pecos y Extremoduro versión anglosajona...

La cosa es que se compra una los libros no sin sacrificio, que mis princesas tragan que da miedo. Y supongo que eso hace que genere expectativas: ya que me lo compro, que sea bueno, que sea bueno, que sea bueno... hacía tiempo que quería leer algo de este tipo con cara de malo y pinta de ser blandito, sensible y tal... lo típico, vamos. Lo normal pa sus años, vaya. Le falta la moto, pa mi gusto.

No... creo que no voy a seguir escribiendo con idea de proyección.
Me gustan mis pajas mentales con las que sólo aspiro a vomitar lo que me envenena y a provocar en mi público comentarios empáticos y piroperos.
El panorama es deprimente, o soy yo la que elige con el culo??
Admito sugerencias. De hecho, SUPLICO que me digan qué están ustedes leyendo, a ver si...

- Pero aún piensas en ella? Oye... yo pensaba que eso era agua pasada, que estabas ya curado, de hecho fuiste tú quien la dejó y con no muy buenas maneras... Mauri, deberías aparcar el tema ya, no??
- Sólo pregunto por curiosidad... al fin y al cabo es otra de mis chicas.
- Es la única que te importó, cuándo vas a ser sincero contigo mismo? Fuiste un gilipollas.
- Oye, no necesito sermones. Si no quieres, no me cuentes nada, pero no me calientes la cabeza.
- Eres un gilipollas, Mauricín.
- No me llames Mauricín!
- Mauricín!! Gilipollas!!

Las amigas es lo que tienen...
Carolina era amiga de Mauricín. Era la viborilla de su barrio, la única que podía reírse de aquel pobre imbécil. La única sin pelos en la lengua y con una cota de confianza que le permitía estar cerca.
La pregunta de su amigo la retrotrajo a otro tiempo y se sintió solidaria y mujer. Recordó un tiempo en el que Mauri era feliz y le daba menos el coñazo.

Recordaba un tiempo no tan lejano en el que su amigo tenía una mujer hermosa.
Era suave, tenía la piel tirante y satinada, escasa de manchas o lunares, tensa y reactiva.

Entonces se erizaba sólo escuchando los dulces susurros del niño Eros.
Y los de Apolo, y los de Marte... era una diosa, y lo sabía, y se mostraba al mundo, prescindiendo de espejos y afeites. Era hermosa, ése era su poder.

"Hoy encuentra su poder dándote la espalda y negándote su rostro.
Regalándose su imagen más ajada, más lacia y cansada. Pero sólo suya.
Ofreciéndose la sonrisa que ya no puedes ver. Una sonrisa fruto de haber vivido, de haber entendido dónde está el secreto de la calma, dónde crecen las flores de la alegría.
Un NO a tiempo, un BASTA YA en el momento adecuado, un AHORA YO justo cuando tocaba.

Su vientre ya no es liso, ni sus pechos desafían a la ley de la gravedad, esfuerzo inútil y melancólico; su rostro muestra las señales de la risa y del llanto. Del llanto.
Ahora ya no necesita la admiración de diosecillos.
Ahora ya es ella, plena y hermosa de dentro hacia afuera. Es de ley, le tocaba.
Decide, manda, dirige, actúa. Para ella.
Lo que no sabía era que iba a levantar tantas ampollas.
Y quizá eso sea lo que más le ha gustado."

Eso es lo que Carolina quiso decir a Mauricín, y eso es lo que no le dijo, porque a veces le odiaba tanto que lo peinaría a hostias por gilipollas, pero hoy, precisamente hoy, lo único que sentía era una profunda pena, verdadera compasión por la pobreza de espíritu del hombrecillo con los puños de la camisa doblados y el cerebro de un paramecio. O zapatilla.



De los nervios.


Ya había dicho que iba a ausentarme, aunque no pensé que lo fuera a respetar.

He sobrevivido a las Navidades, y ni en el peor de mis sueños podía haber imaginado un numerazo como el de estos (entrañables?) días para olvidar.

Conservo las risas y sonrisas de hijas y sobrinos.
Confirmo que habiendo niños no soy capaz de apagarme.
Conservo el calor del señor de la foto. El rey. Y yo.

Y de verdad, el resto, que se vaya a tomar por culo con toditas las letras, por favor.
Ni una fiesta familiar más. Pero ni una!!!

Y a todos ustedes, queridos lectores, en primer lugar, las gracias por sus comentarios y su compañía. Me siento un poquito culpable, por no haber respondido, ni visitado a nadie. Pero estaba tan cabreada y tan harta, que mejor calladita.

Y en segundo lugar, espero que sus fiestas hayan sido... digamos fiestas. Y punto.
Feliz 2009, feliz rutina, feliz curro, cansancio, soledad... joder, cómo he echado de menos mi vida de mujer cansada y endiabladamente LIBRE!!!!

Venga, a lo nuestro!!!