Desabrigo

Te echo de menos.

Como se echa de menos la cama en casa de mamá, el tacto de esas sábanas, la blandura de aquella almohada.

Te echo de menos como si realmente no hubieras sido, o como si ya no fueras a ser nunca más.
Sin remedio, ni solución ni vuelta atrás. Te echo de menos.
Echo de menos la hospitalidad de tu cuerpo, la sonrisa abierta de par en par, la complicidad, el calor de tus manos y el fuego de tus palabras. La calma trufada de emoción a duras penas contenida antes de cada encuentro.

Te echo de menos como el día que las princesas aprendieron a andar, y me soltaron la mano y me quisieron dejar atrás. Y empecé a echar de menos el dolor de riñones de sujetarles la manita.

Echo de menos un muro de contención, una sensación extraña y confortable de saber que alguien me conoce bien y me cuida mejor.
No hay forma de devolver tanto.

Pero no te preocupes.
Es una sensación de desabrigo pasajera, sólo es que hoy habría hecho quince años que me casé, y a pesar de que lo intento todos, todos los malditos días, despegarse de según qué marañas es complicado y cansa.

Seguro que mañana, después de haber dormido un poco, estoy mejor.

Es... "melancolida".


9 comentarios:

Los viajes que no hice dijo...

¿Echas de menos al que fue? Porque supongo que no al que es...

Si es que estoy hablando de la misma persona que tú, claro está...

Beso. Un beso grande y alegre.

Ana dijo...

Todavía me pregunto en qué estaba yo pensando...

No, no hablamos de la misma persona :)

Ya pasó.
Un beso, hermosa.

Antígona dijo...

Niña, que te tengo olvidada últimamente, ay, y es que el arranque me está costando no sé cuántas albóndigas de esas deformadas de las tuyas. Bueno, eso si supiera hacer albóndigas, claro, que una en la cocina es experta en latas y una nulidad para casi todo lo demás.

Llegarán tiempos mejores, Tormento, en eso hay que confiar cuando se echa tanto de menos. Tiempos en los que incluso acabará una echando un poco de más, como decía aquella canción de Kiko Veneno, y feliz de echar a ratos de más.

Piensa en eso cuando empieces a cerrar los ojos en esas noches de melancolida, anda.

¡Un gran beso!

Cósimo dijo...

Ay, Tormento, creo que tarde o temprano todos sentimos ese tipo de melancolía.... a mí me afecta con el otoño, ya ve...

Max B. Estrella dijo...

¡Bueno bueno, eso sí que es puntualidad!
Cinco días lleva el otoño y Ud ya carga con los síntomas
No se preocupe querida; el organismo es muy taimado, y para acoplarla a las nuevas condiciones de luz y temperatura empieza a meterle palos en las ruedas
Lo de adelantar el reloj de las emociones, es un recurso típico de la gente sensible; aún recuerdo cuando recreaba mi sepelio, y el mundo arrepentido entonaba su mea culpa por no haber hecho lo que yo quería; o cuando el muerto falso era alguien a quien yo quería; era un apócrifo y burdo homenaje a mi cariño (si hasta lloraba y todo)
Todos guardamos hilachas de nuestra infancia, y si bien alguien pudiera especular que se trata de la cuota de apertura de su desamor futuro (que todo llega), estoy dispuesto a asegurar que tan sólo una ofrenda floral emboscada
Hay otra posibilidad más terrible, que se le haya pegado la racanez del entorno y ande comprando los caramelos en los chinos; en ese caso el diagnóstico es muy sencillo para el Dr. Lúzbel: UD. está "MELAMJODIDA"... duerma y verá cómo se le pasa la tonteria.

Ana dijo...

ANTI, también hay albóndigas de lata!!! Pero no puedo recomendarlas, porque no las he probado, NI DIOS QUE LO PREMITA, frase mítica de LOLA FLORES cuando alguien le preguntó si sabía hablar inglés :)
No te preocupes, son subidas y bajadas propias de mi carácter, tengo que aprender a bregar con ello.

Un beso, y cuídate mucho, vale??

CÓSIMO, el otoño es duro, pero es que esta última semana de septiembre se juntan cumpleaños del hoy, aniversarios del ayer, recuerdos en exceso potentes para tanto y tan poco tiempo.
Es difícil administrar, pero ya ve... al final todo acaba colocándose en su sitio, al menos aparentemente.
Gracias, amigo.
Un beso.

SEÑOR GUERRERO, no sé si le adoro por resalao o por saber disfrazar su (también) hipersensibilidad con un poco de humor, un poco de ácido clorhídrico, un poco de reserva, un poco de frivolidad... tengo que aprender de usted.
No... no como caramelos de ninguna nacionalidad.
Jodida a secas, que mola más porque no hay a quién echarle la culpa, me toca encarar.
Un beso enorme, con abrazo y todos los complementos, querido.

Tanhäuser dijo...

Querida cuarenta y nueve veces diez. Ya sabe usted que la respeto un montón y que no la tengo en un altar porque sólo tengo sitio al lado del microondas, pero digo yo que si no va siendo hora de pasar ciertas páginas. Eche de menos lo que vale la pena y de lo otro, olvídese. ¿Qué son esos quince años? El pretexto para tener esos solecillos que la ayudan (???) a poner la mesa a la hora de cenar y nada más.
Oiga, que le envío un beso de esos que quitan el sentío.
Se me anima ¿vale?

Ana dijo...

Coño, FORSI, que te has molestao en multiplicarrrrr!!!Ya me extrañaba que nadie hubiera salido por ahí!

Tengo muy olvidado al interfecto, bastante superado en ese sentido, la verdad. Lo que me jode, mayormente, es que a la recíproca eso no sucede, y tengo como una mosca cojonera abonada al telefonazo a destiempo, sabusté?

Pero nada, que ya está y se me pasó.
Y ahora, permítame, que voy a ver si me desmayo por obra y gracia del beso ése que me ha mandao.
Animada quedo, no lo dude, brioso caballero de porte majestuoso... o no era así?? :)
Un beso, reguapo.

Vintage dijo...

Tus entrada son geniales, pero hija los comentarios me parecen superiores
jejjeje
muakkkkkkkkkkkkk

ains esa puñetera melancolía
muakkkkkkkkkkkkkkkk