Asideros


Salón de casa, 0:38 AM.


Y sin embargo, querido, ahora que ya no estás, me eres tan imprescindible como cuando estabas... y no eras.

Es fantástico despedir a alguien que va y viene al antojo del consumidor.
Ha sido reconfortante tu abrazo de tres vueltas cuando he detectado este cansancio enquistado entre las junturas de los huesos, en las grietas del ánimo, en el descenso que dibujan las comisuras de mis labios.
Es vivificante tu silencio cómplice. Eres la única persona que me lee el pensamiento y atiende mis necesidades incluso antes de que yo las reconozca como tales.
Te saco del marsupio donde te guardo junto a un par de poemas y algunas frases de cabecera y te pongo a funcionar de inmediato.
Me atas el delantal y me sustentas mientras cocino.
Me falta poder enviarte a las niñas como, cuando hoy, están especialmente dependientes, enmadradas, exigentes.
Me falta también oirte cantar.

Me falta espacio en el armario para tu ropa, sitio para tu cepillo de dientes, tiempo y ganas de escucharte, tiempo para dedicarte, deseo suficiente como para echarte de menos como mereces, interés por darte tu sitio... el marsupio es el lugar perfecto.

Intento convencerme a mí misma de que no es malo permitirte que te quedes a mi lado.
Pero hijo... sólo si sigues tan mudo.
Si hoy llego a escuchar una sola vez más mi nombre en otra boca, me quemo a lo bonzo.
Paga tú las consecuencias, que no me atrevo a hacer justicia en carne y hueso.

5 comentarios:

Abel Granda dijo...

Entiendo que la situación no parece merecer muchos festejos, pero me encanta leerla así, sensible, profunda y cínica. Le alabo asimismo esa técnica depurada que ha conseguido para tenerle al chasquido de sus dedos, comodín ubicuo y automático que abraza en momentos claves, o asiste en las tareas domésticas. Yo, a mi fantasma, apenas puedo convocarla como marco y documentación, a la hora de los actos de amor propio solitarios; y se sabe tan bien el papel adjudicado, que rara vez falla en los tiempos y las posiciones. Es verdad que está muy bien eso de que se quede calladito; quizás con el tiempo, consiga endingarle a las princesas en días de resaca, que parece que el hombre tiene una disposición inmejorable. Lo que no me encaja muy bien es la incongruencia de que un tipo, con trazas de armario ropero, quepa en su marsupio junto con el resto de tesoros intocables; eso me sugiere algunas posibilidades:
1)Que la plegabilidad es otro de los poderes de su superhéroe.
2) Que anda sobrada de marsupio
3) que lo tiene aparcado en un guardamuebles cercano, regentado por un emigrante australiano nostálgico.
Bueno, la dejo, que seguro tiene cosas que hacer, y yo tengo que disponer la ubicación de una docena de premios que he recibido esta mañana.

Ana dijo...

Plegable??
No... hinchable :)

Un beso.

Luna dijo...

Te imagino sentada en el salón, las niñas dormiditas, una preciosa noche y al viento el corazón...

Un beso

Miss.Burton dijo...

JODERRRRRRRRRRRRRR, que había escrito un comentario largo, para variar, y me dice nosequécojones de la página asociada.... joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr¡¡¡
Bueno, que lo que te decía, que para qué cojones quieres tu un mudo a tu lado, pudiendo tener un tío de ley que sepa abrir la boca cuando toca, y cerrarla para no afectarte en nada lo mas mínimo...
Y no te quemes a lo bonzo, que en las entrañas llevamos quemaduras de esas de tercer grado, y ya ves, como el culo que nos va... No, tu da guerra, chilla, y reivindica, que lo haces de puta madre, porque te pertenece algo grande, y llegará tarde o temprano. Espero que que temprano, coño.
Y a una no se la convence de nada, se miran los hechos, se emite un veredicto, y a tomar viento todo lo demás...
Se lo que es el final del día, el cigarro, y la vida parada, y es duro hacerlo todo a solas... pero el peaje que se paga a veces con otra persona no es del tamaño del bolsillo de una, mejor, seguimos a oscuras, pero recnociendo cada baldosa que pisamos.
Un besazo, burracamine, joder... anda que nos íbamos a aburrir tu y yo una noche de jarana..

Ana dijo...

Te prometo una noche de jarana, mano a mano.

Te la prometo y te la comprometo.
Este veranito quemamos Madrid y les decimos que NO a todos los que se quieran casar con nosotras esa noche.

Es jodido, sí. Que se pare la vida a la hora del cigarrito nocturno es muy jodido.
Pero en mi pueblo dicen que lo que no mata, engorda, y también dicen que hostia que no mata, espabila.

Así que llevamos encima una dosis de espabilina como pa tonterías.
Un beso, linda.

LUNA, lee mi siguiente post y mira lo que estaba pasando cuando me imaginabas tan plácida...
Pa mear y no echar gota, hija!!
Un beso.